La mayor parte de las mujeres presentan cambios de ánimo durante el embarazo y especialmente después de dar a luz. Las variaciones en los niveles hormonales, los pensamientos relacionados con el papel de ser madre y la responsabilidad con respecto al cuidado del bebé son algunas de las causas que provocan esta situación y que puede desencadenar en una depresión posparto.
Esta es una realidad que, de producirse, ocurre en el periodo de tiempo que va desde el inicio del embarazo hasta el primer año tras el parto (lo que se conoce como puerperio). En estos meses que siguen tras dar a luz la mujer se encuentra mucho más vulnerable emocionalmente: más del 40% padecen síntomas depresivo-ansiosos inespecíficos y del 10 al 15% desarrolla depresión.
De todos modos, debemos asumir con normalidad que los sentimientos que se producen en esta etapa de la vida y los cambios en el estado de ánimo, especialmente en las dos primeras semanas tras el parto, son de lo más habitual. Es natural que las mujeres se sientan confundidas, abrumadas y tristes, pero estas sensaciones tenderán a desaparecer pasados unos días. En el caso de que no sea así y de que los síntomas se vuelvan más intensos se recomienda consultarlo con un médico especialista.
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