Este tumor benigno, que se forma en el útero por la proliferación excesiva de células musculares lisas del miometrio, puede llegar a afectar a una de cada dos mujeres en edad reproductiva. A pesar de que normalmente no presenta síntomas graves esta patología ginecológica, que se diagnostica en una revisión común, puede provocar infertilidad y problemas en el desarrollo del embarazo.
En cuanto a los diferentes tipos de miomas que existen, cabe destacar que el submucoso es uno de los que está más asociado con la imposibilidad de quedarse embarazada, ya que afecta a la cavidad uterina e interfiere directamente con la implantación del embrión.
Por otro lado, también pueden producir complicaciones en el embarazo como: el parto pretérmino, abortos, la restricción del crecimiento fetal y una mayor posibilidad de que la paciente tenga que someterse a una cesárea.
En todo caso, hay varios tipos de tratamientos. En este sentido, se realizará un control evolutivo a aquellas mujeres con pequeños miomas que no presenten síntomas, mientras que, para tratar los de mayor tamaño se podrán utilizar diferentes medicamentos específicos, terapias como radiofrecuencia o embolización y/o procedimientos quirúrgicos.
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