El conjunto de músculos, ligamentos y membranas de tejido conjuntivo que se sitúa en la parte inferior de la cavidad abdominal se conoce como suelo pélvico. Esta estructura, que se adapta a los movimientos y cambios posturales, sostiene los órganos pélvicos (vejiga, uretra, útero, vagina y recto) y realiza la tensión adecuada para sujetarlos correctamente.
Lo cierto es que, el suelo pélvico puede debilitarse por múltiples causas como: el embarazo, el parto, la obesidad, el envejecimiento, o los deportes de impacto y, por lo tanto, las mujeres deben prestar especial atención a su cuidado y mantenimiento. Si este grupo de músculos no se encuentra en perfecto estado pueden producirse algunas disfunciones que van desde las pérdidas de orina al realizar algunos esfuerzos como toser o estornudar, hasta el dolor pélvico crónico o el aumento de la frecuencia miccional.
Para prevenir o mejorar las alteraciones de esta parte tan esencial del cuerpo de la mujer se recomienda orinar cada dos o tres horas, prestar especial atención al sobrepeso, realizar ejercicios específicos para fortalecer esta estructura y cuidar la alimentación. Además, también es importante evitar el alcohol y el tabaco, ya que su consumo puede reducir la circulación de sangre en esta área y debilitar los músculos.
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