Los estudios poblacionales sobre la calidad del semen reflejan que ésta ha ido empeorando desde los primeros análisis realizados en los años 40 del siglo XX. En aquel momento, la OMS consideraba que el límite normal de concentración de espermatozoides era de 60 millones por mililitro eyaculado. Sin embargo, en el año 2010 esta cifra se rebajó hasta los 15 millones por mililitro, aunque existe cierta controversia al respecto, ya que no todos los estudios coinciden con estos parámetros.
Lo cierto es que la calidad seminal del varón variará a lo largo de su vida por múltiples factores, siendo la edad uno de los elementos más determinantes en este aspecto.
Con todo ello, existen una serie de consejos fácilmente aplicables al día a día para mantener y mejorar la calidad del esperma. seguir un estilo de vida saludable y una dieta equilibrada parece una obviedad, pero lo cierto es que influyen mucho en esta cuestión.
Por otro lado, también se recomienda evitar todo lo que aumente la temperatura testicular durante largos periodos, como la ropa ajustada, el ejercicio físico en bicicleta, guardar el móvil en los bolsillos delanteros del pantalón o colocar el ordenador portátil en las piernas, son cosas de la rutina diaria que, sin darnos cuenta, están dañando el esperma.