Normalmente, tras la fecundación el óvulo se desplaza por las trompas de Falopio hasta colocarse en el útero. Sin embargo, si la implantación ocurre fuera de éste, se produce lo que se conoce como embarazo ectópico. Esta situación suele ser frecuente, ya que se estima que puede ocurrir en dos de cada cien gestaciones.
En todo caso, como el óvulo fecundado no puede evolucionar de forma correcta, estos embarazos no llegan a término, así que deberán tratarse con medicamentos o cirugía con el objetivo de prevenir complicaciones y asegurar la salud de la mujer.
A día de hoy, se desconocen las causas que pueden producir un embarazo de este tipo, pero existen una serie de factores que predisponen su aparición: la edad, ya que el mayor porcentaje de gestaciones ectópicas se producen entre los 35 y 44 años; las infecciones de transmisión sexual, que pueden producir una enfermedad pélvica inflamatoria, el uso de DIU o haber realizado una ligadura de trompas, son algunos de estos condicionantes.
Lo cierto es que, en la gran mayoría de situaciones, es posible que la mujer consiga quedarse embarazada nuevamente, siendo en ocasiones necesario utilizar la fecundación in vitro como uno de los tratamientos para lograrlo.
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