Científicamente sí, legalmente no. En España no se puede elegir el sexo del bebé por razones sociales tal y como sucede en otros países como Estados Unidos, México o Bélgica. En este sentido, solo está contemplada la legalidad por razones terapéuticas, es decir, en aquellos casos en los que los padres deseen evitar la transmisión de una enfermedad genética ligada al sexo.
Cabe destacar que, los espermatozoides pueden portar el cromosoma X, que indicará que la descendencia será niña, o el cromosoma Y, que dará lugar a un varón, y gracias a los progresos que se han realizado en los tratamientos de fertilidad es posible identificar embriones de un determinado sexo.
La técnica más avanzada para seleccionar un cigoto genéticamente sano es el DGP (Diagnóstico Genético Preimplantacional) y es la única que cuenta con una efectividad muy alta. Este procedimiento se inicia tras efectuar una biopsia a los embriones obtenidos mediante un tratamiento de Fecundación In Vitro. Tras este proceso se analizan todos los cromosomas del mismo con el objetivo de transferirle a la mujer aquellos que no contengan la afección genética.
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